miércoles, 30 de abril de 2014

Una jornada con Raúl "Bebe" Sendic

>> Jorge Zabalza

El sábado 26 nos movilizamos al influjo de la consigna “Bebe Sendic vive, la lucha sigue”. Bastaría con publicar los poemas que escribió y dijo Miguel Ángel Olivera para resumir los sentimientos de las cuatro o cinco centenas de corazones que rodeaban al poeta tupamaro en el Cementerio de La Teja. 


Entre ellos estaban los trabajadores de Bella Unión que cargan sobre sus hombros la responsabilidad de continuar la historia de UTAA, los que luchan por la tierra en la cooperativa “15 de Enero”, en la Colonia “Raúl Sendic” y en Pay Paso. También vinieron los compañeros de SUDORA (Sindicato Único de Obreros Rurales y Afines)  y los obreros sanduceros agremiados en la OSDOR (Organización Sindical de Obrero Rurales), que a puro corazón intentan salir adelante en un campo del Instituto de Colonización sin créditos, sin herramientas y sin capacitación técnica. Estaban los pescadores artesanales de San Gregorio de Polanco, segregados y condenados a la pobreza, que reclaman agua y pesca para el que trabaja; los acompañaban vecinos del barrio San Gabriel de Tacuarembó y de la Agrupación “Encarnación Benítez”. No faltaron los que luchan por sobrevivir en tierras de la Quebrada de los Cuervos, ni los que pelean contra el puerto de aguas profundas en Rocha, la Paloma y Valizas.

La médula de la actividad fue entonces los trabajadores del campo. A ellos pertenece el doble legado de Raúl Sendic Antonaccio: la lucha por los derechos de los obreros rurales y la lucha por cambiar este mundo de injusticia, alienación represiva y super explotación. Por eso el homenaje al líder campesino de los ´60 trajo a la ciudad la realidad de los postergados del campo, como habían hecho 50 años antes aquellos setenta que asustaron al gobierno al grito de “UTAA, UTAA, por la tierra y por Sendic”. 

Cuando anunciaron la presencia de un compañero del MST, muchos entendieron MPP y quedaron azorados, hasta que los ánimos se tranquilizaron al ver el conocido birrete rojo que lucía el orador. Más se tranquilizaron cuando lo oyeron decir que la reforma agraria no es solamente la distribución de la propiedad de la tierra, que está ligada a un cambio en las relaciones de producción en el campo e implica  el establecimiento de un nuevo orden social, político y económico. Después de 30 años de lucha del MST, la correlación de fuerzas sigue siendo favorable a los propietarios del agronegocio, el principal enemigo de los trabajadores. En esas condiciones  las fuerzas policíaco militares arrebataron la vida a decenas de “sem terra”. En su nombre, el orador rescató la memoria de Raúl Sendic, como una vida dedicada a la lucha por la tierra y a la revolución. A mi entender, este reconocimiento marcó uno de los momentos importantes del día. 
   
Estaba el Centro de Estudiantes de Magisterio y la Agrupación Celta, uno de cuyos integrantes leyó la adhesión de la FEUU. En todo el proceso previo fue muy activa la participación del Centro de Formación Popular (Colonia España). Muy clara la intervención de Ignacio Narbondo en la Mesa Redonda que se organizó en la sede de FUCVAM; También lo es el libro “El acceso a la tierra en cuestión” presentado en la Escuela de Música, una interpretación crítica del actual modelo productivo instalado en Bella Unión, especialmente  en la Colonia “Raúl Sendic”. El colectivo que lo escribió está muy involucrado en las acciones concretas de lucha por la tierra. Sus argumentos dejan sin cuestión a los fundamentalistas que defienden las políticas de apoyo a la expansión del capital extranjero simplemente porque son medidas de “su” gobierno. Ya en tiempos de lo que José Díaz llama “refundación del Partido Socialista”, Raúl Sendic Antonaccio se caracterizó por su contracción al estudio: con Vivián Trías comprobaron documentadamente que 500 familias eran dueñas del Uruguay, aportando un instrumento de agitación que empleó todo el movimiento popular de los ´60. En la cárcel de Punta Carretas tuvo la inciativa de organizar el trabajo de elaboración de un proyecto que llamamos “revolución rural”,  en el aislamiento y verdugueo de los calabozos cuarteleros escribió sus “Reflexiones sobre economía política; y salió del Penal de Libertad con su “plan por la tierra y contra la pobreza” bajo el brazo. La importancia que le daba al estudio le permitió acumular los conocimientos teóricos que sirvieron de punto de apoyo a los remolinos de hechos que creó durante toda su vida. Tal vez por esa actitud suya, la presencia universitaria esté jugando un papel central en el rescate del pensamiento de Raúl Sendic (padre).

A las 18 horas se quitaron las banderas de UTAA, del MLN-T y de Cuba que cubrían un grupo de esculturas hechas por Horacio Faedo en homenaje a Raúl “Rufo” Sendic. Ambos fueron compañeros entrañables en el Partido Socialista y en el movimiento tupamaro. Las convicciones revolucionarias no son ajenas a la creatividad de Horacio ni a su integración al movimiento artístico MADI arraigado en ambas orillas del Plata. Al descubrir las esculturas, estaba el “Colectivo del Sauce”, primeros en el trabajo y en la solidaridad militantes, con la energía necesaria para la batalla contra las gigantescas corporaciones de la megaminería, una lucha que sin dudas puede apoyarse en el contenido de varios artículos escritos por el Bebe Sendic después de su liberación en 1985. Fue natural que el sábado estuviera “Utopía é Luta”, un movimiento que comparte la esencia de las luchas libertarias dadas por Raúl Sendic. 
                  
Medio siglo cantando a la lucha, por la revolución, por los desaparecidos,   convocando a los que sueñan, Daniel Viglietti no podía faltar, porque está siempre. Como siempre está Mario Benedetti, que en la voz de Ariel Silva acompañó el homenaje a su amigo personal y político, con el que conspiró en tiempos de conspiración. Y estuvo  Albérico Dacunha diciendo sus décimas con aroma a marcha cañera. ¿Podía faltar la carta de Henry Engler a Raúl? No, ninguno de los sobrevivientes podíamos dejar de estar. Henry agregó a los temas en discusión en la plaza, la cuestión del desplazamiento que sufrió la jueza Mariana Mota para frenar a la Verdad y la Justicia. Si en la Alemania de posguerra, la suerte de los criminales nazis se hubiera definido en un plebiscito, habría triunfado la impunidad y, sin embargo, seguiría siendo necesario juzgarlos, afirmó en su carta Henry Engler.  El cantar de Ezequiel Fascioli y del dúo Arcavoces reanimó corazones ya viejos y renovó esperanzas postergadas en que habrá un futuro de lucha, de un pueblo erguido en la pelea contra el capitalismo, por su revolución social.  El porvenir de lucha es una certeza actual: para demostrarlo bastaría con reproducir un video del “Uruguay Rap Underground”, cuyos integrantes andan por los 17/18 años y sus letras son de crítica certera y despiadada a la sociedad capitalista. El grupo grafiteó la “LUCHA” en un muro vecino a la plaza, una manera de asumir el compromiso de continuar la senda abierta por Raúl Sendic, a 25 años de su muerte bastante antes de nacer estos muchachos. 

Sin que una treintena de compañeras y compañeros se pusieran al hombro las tareas concretas, no habría salido el desayuno ni el almuerzo, ni los puestos de venta, ni las esculturas, ni la amplificación, ni los CD de “Cantares del Calabozo”, ni pintadas ni nada. Todo fue gracias a la militancia y el esfuerzo. Tampoco habría sido posible la jornada sin el apoyo financiero de un montón de cumpas y organizaciones sociales, gracias a ellos hubo transporte, pintura y un largo etcétera de costos. De una u otra manera, todas y todos los participantes  quisieron que se siguiera oyendo el tango tupamaro que, como dice Miguel Ángel Olivera “no acaba, ni ensilencia, ni termina: el tango tupamaro solo espera que comience su música y se encienda su chispa”.



martes, 29 de abril de 2014

Palabras de presentación del libro Sendic, deuda, tierra

La lucha sigue


A 25 años de la muerte de Raul Sendic presentacion del libro Sendic, la tierra, la deuda Una Producción de Resonando Willam Yohai





sábado, 19 de abril de 2014

Judas Iscariote Fernandez

Dos perlas y un epílogo

El miércoles 16 de abril “La Diaria” llegó a 8.780 hogares. En dicho número, la periodista Natalia Uval pregunta, o más bien afirma que: “El comandante en jefe dijo que no había más información sobre los desaparecidos”. Fernández, ministro de defensa, le responde: “Nosotros no tenemos más información por el momento. Toda la que vamos recibiendo la enviamos a donde corresponde asiduamente, eso está establecido como una norma. Pero no se lo comunicamos a la prensa. Todos los desaparecidos encontrados fueron por datos militares. Ahora, nadie me va a decir públicamente un dato si sabe que los organismos de Derechos Humanos le van a hacer un juicio penal. Quién va a venir, es una estupidez total. Los tengo que recibir en un boliche, garantizarles que no le voy a decir a nadie ni aunque me maten. Es muy difícil. Tienen miedo. Hay gente que debe tener cantidad de información, pero no la quiere dar. Y a lo mejor se muere y no la da”.
Se identifica “nosotros” con los verdugos y “ellos” pasan a ser los organismos de Derechos Humanos que luchan por Verdad y Justicia. Los pobrecitos que desaparecieron, asesinaron, violaron y torturaron a los que en tiempos remotos fuimos su “nosotros”, sienten miedo y esconden la información. La lógica de Fernández es asegurarles la impunidad para que digan lo que saben.
El “nosotros” lastima. Cada tanto lo repite en informativos o en entrevistas que le hacen. La identidad de Fernández es otra (¿era otra?) que la nuestra, la de quienes quisimos hacer una revolución social. ¡Pavadita de voltereta la de Fernández!    

Lunes 14 de abril de 2014, entrevista mañanera en Canal 4:
Daniel Castro: “Un 14, 14 de abril [la entrevista] coincide con una fecha que para usted seguramente tenga alguna connotación, una herida suya, por ejemplo, cumple hoy, cuarenta y dos años”
Fernández: “Una herida no, cuatro”
Castro: “Cuatro heridas, pero una importante que era en el cuello, en el lado izquierdo”
Fernández: “sí, acá”
Castro: “¿Es de recordar este tipo de fechas?”
Fernández: “Bueno, yo más bien lo recuerdo porque la prensa se ocupa... ¿no? No lo recordaría espontáneamente. Hace mucho y estoy metido en muchas actividades que me tienen ocupado, muy ocupado. No lo hago por ningún otro motivo”.
La entrevista entera puede verse en  http://youtu.be/jAJRd1oXGRI


Del expediente iniciado por las hermanas Ana y Laura Martirena Giménez en el juzgado penal de 10º turno (Rolando Vomero es el juez y Mirtha Guianze la fiscal), surge que Fernández recibió tres balazos: en la garganta, en la pantorrilla y en un dedo del pie. También está probado que el 14 de abril de 1972, en el allanamiento de la casa de Amazonas 1440, Campos Hermida barrió de una ráfaga a Luis Martirena en la puerta y, momentos después, Víctor Castiglioni asesinó de un tiro en la cara a Ivette Martirena. Desde un altillo cuya entrada quedaba oculta en el techo de un placar, Fernández y David Cámpora oyeron los disparos de los asesinos y los gritos de espanto de las víctimas. Preparados para ser quemados, en el altillo estaban los archivos que sirvieron para destruir al movimiento tupamaro. Fernández ordenó a Cámpora no quemarlos y entregarse. Podía haber gritado 'soy el Ñato y no me entrego', como hizo Raúl Sendic, pero eligió pedir por su vida: “Campitos, soy el Ñato, no tires”.
¿Cómo puede olvidar el día que hizo la opción más importante de su vida? Cuando eligió no hacerse matar por la revolución social y dejó en manos de las fuerzas armadas la información que se utilizó en cientos de interrogatorios bajo tortura. ¿Cómo puede olvidar que pasó por encima de los cadáveres de Ivette y Luis? ¿Nada le quedó en el corazón? ¿En la piel? ¿Tan insensible es?
Además, el 14 de abril de 1972 cayeron asesinados Nicolás Groop, Norma Pagliano, Jorge Candán Grajales, Armando Blanco Katras, Gabriel Schroeder y Horacio Rovira. Significó el germen de lo inevitable creciendo en los corazones y embretando la razón. En muchísimos sobrevivientes, la memoria de aquella helada jornada de otoño ayudó a mantener con vida la bronca y las convicciones… claro que, a la vista está, hubo quienes no lo sintieron de esa manera, se les quebró la voluntad de lucha y asumieron como verdaderas las ideas más reaccionarias. El paso final lo ha dado Fernández al sentirse identificado en un “nosotros” con los verdugos y asesinos. Esa es su gran derrota.
 
La figura de Raúl Sendic simboliza los principios y la consecuencia en la lucha. Aceptando la legalidad que se imponía, encontró la forma de hacer política confrontando política e ideológicamente con los dueños del Uruguay: plan por la tierra y contra la pobreza, un frente grande para expropiar al latifundio sin indemnizarlo, no pago de la deuda externa, estatizar la banca y llevar los salarios al nivel de 1960. Un proyecto económico y social de signo totalmente opuesto al de este gobierno de ex-guerrilleros sometidos a los planes de las corporaciones sin nación y las políticas del imperio. Esa es la razón para que también hayan olvidado a Raúl Sendic y estén viendo la manera de impedir que lo homenajeen quienes mantienen en alto sus banderas. 
   
Jorge Zabalza
PD. El lunes 21 de abril al medio día los convido a colocar la baldosa que recuerda el asesinato de las tres muchachas de abril (Silvia Reyes, Diana Maidanic y Laura Raggio) en la calle Mariano Soler 3098 bis (Brazo Oriental).
El sábado 26 de abril a las 10:00 nos concentramos en Agraciada y San Quintín para marchar hacia el Cementerio de La Teja bajo la consigna “Bebe Sendic vive, la lucha sigue”. Luego, durante toda la tarde habrá actividades en el “Solar Sendic” ubicado en Carlos María Ramírez y Heredia.



Nacional 16.4.14


Fernández Huidobro considera que algunos "compañeros de izquierda" asumen actitudes "fascistas" al momento de criticar a militares.
Sólo falta la firma del presidente José Mujica para que se haga vigente, mediante un decreto, el documento de política de Defensa Nacional. El titular del Ministerio de Defensa Nacional (MDN), Eleuterio Fernández Huidobro, conversó con la diaria sobre las amenazas y vulnerabilidades para Uruguay que el texto menciona. Informó que la Junta Nacional de Drogas está relevando predios militares para determinar cuáles son adecuados para plantar marihuana, y que en el caso de no encontrarlos, se utilizarán campos del Estado con guardia perimetral militar. En la misma línea que el comandante en jefe del Ejército, Juan Villagrán, dijo que el MDN no tiene “más información por el momento” respecto de los desaparecidos, y cuestionó el “racismo” de “algunos compañeros de izquierda” contra los militares.

-¿Cuándo se aprueba el documento que establece la política de defensa?

-Se terminó hace un mes. Faltaba convocar al Codena (Consejo de Defensa Nacional) para darle formalmente aprobación; eso se hizo el viernes, y ahora se necesita que Presidencia de la República emita un decreto por el que se oficializa la política de defensa nacional. Ese documento va a ser publicado y formará parte del libro blanco de la defensa nacional, que es un convenio que hay con Naciones Unidas por el que todos los países, para generar confianza, se han comprometido a publicar su política de defensa. El mundo tiene hoy una cantidad de amenazas que antes no existían, y por lo tanto existen nuevos riesgos y vulnerabilidades para Uruguay. Si fuéramos prolijos, de este documento tendrían que emanar directivas estratégicas generales desde Presidencia para una gran cantidad de ministerios.

Coletazos

El ministro aseguró que Uruguay “va a sentir las consecuencias” del conflicto en Ucrania. “La aventura del capitalismo financiero mundial es terrible, y puede ocasionar problemas sobre Uruguay. Es muy probable que afecte los precios de los combustibles, del petróleo, del gas, y lo vamos a sentir acá”, afirmó.

-¿Qué amenazas se plantean?

-Como amenaza que no existía antes, el cambio climático. Uruguay presenta vulnerabilidades, y ya lo estamos viendo. La gente salió en Turismo y llovió de una manera desacostumbrada, y eso desbordó repentinamente arroyos que antes no se desbordaban a esa velocidad, y quedó cantidad de gente entrampada. Después, reapareció la piratería. Yo me leí todas las novelas de Sandokán, y pensé que eso era de un tiempo pasado que nunca más iba a volver. Pero ayer leí que una flota de guerra de Irán se vino al Atlántico para combatir la piratería en el golfo de Guinea, es imponente. Ahora a los barcos mercantes los atrapan en algunas zonas y se llevan secuestrados a los tripulantes y a las cargas. A nuestras costas esto todavía no ha llegado, pero el Río de la Plata es un lugar tentador para eso, porque es como una avenida Giannatassio del mundo: la salida del estuario y la entrada a una cantidad de ríos que se internan profundamente. Otra amenaza es el gran crimen organizado: no sólo el narcotráfico, sino también el tráfico de armas y la trata de personas. También la proliferación de armas nucleares en un mundo multipolar, donde se han desprendido los viejos controles que había en la época de la Guerra Fría. Antes, un bando controlaba todo y el otro bando hacía lo mismo, y eso hacía que hubiera cierta regulación, terrible, pero regulación al fin, de armamento de mucha letalidad.

-¿Se menciona la posibilidad de que en Uruguay se descubra petróleo, y las amenazas que eso generaría?

-Por supuesto. Ésa es otra novedad: nosotros podemos tener recursos que son muy escasos y muy buscados en el planeta. También se plantea la problemática del Atlántico Sur; los países de la Unasur [Unión de Naciones Suramericanas] lo hemos declarado libre de armas nucleares y zona de paz, pero otros países del norte no lo han hecho.

-De las políticas que debería adoptar el Estado para disminuir las vulnerabilidades, ¿cuál se plantea como más urgente?

-Se incluye dentro de las amenazas y como principal recurso estratégico la niñez. Es uno de los riesgos más grandes en el estado en que estamos, en el que la niñez se está reproduciendo en los sectores más pobres. Uruguay tiene una bajísima tasa de reproducción; si se continúa con esa tasa, los uruguayos desaparecen de la faz de la tierra. Y además, la pobreza en Uruguay es mujer y es niña. Esto es gravísimo.

-¿Cómo se tomaron las Fuerzas Armadas (FFAA) el trabajo conjunto con civiles, que empezó con el debate para elaborar la ley marco de defensa?

-Esto es ir al fondo de la cuestión. Las FFAA eran un coto prohibido de un partido político, el Partido Colorado. Y esos polvos trajeron luego cantidad de lodos. Ese debate abrió las puertas para que el tema defensa fuera ventilado con participación del que quiso concurrir. Los militares se lo tomaron de lo más bien, porque es obvio que esto era lo que necesitaba Uruguay, y nunca se había hecho. Esto es así en todos los países del mundo, en ninguno la defensa es un tema exclusivo de los militares. El Estado Mayor de la Defensa [Esmade], que también se creó por esa ley, es toda una novedad, y pasarán 15 años para que ese cambio sea comprendido en las FFAA, porque genera resistencias. Las FFAA se dividieron históricamente en Armada, Fuerza Aérea y Ejército, tres chacras entre las que hay pica. Y el Esmade es el que tiene que imponer la doctrina del empleo conjunto de las FFAA, y eso implica romper chacras y por lo tanto disolver los hábitos de tipos que están acostumbrados ancestralmente a otra cosa. Cuesta; hay una resistencia feroz.

-¿Cómo se aplica este nuevo esquema a la defensa del recurso agua potable?

-El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente [MVOTMA] es un ministerio mamarrachesco, lo crearon los blancos para darle un lugar a [Juan] Chiruchi, y ahí metieron cualquier cosa. Y al pobre [Francisco] Pancho Beltrame [actual ministro del MVOTMA], que con Vivienda le alcanzaría y sobraría, por el volumen que tiene ese problema en Uruguay, le encajan la Dinama [Dirección Nacional de Medio Ambiente] y la Dinagua [Dirección Nacional de Aguas]. La Dinagua termina siendo una sucursalita del MVOTMA. En realidad tendría que ser un Ministerio de Medio Ambiente el que capataceara eso, que incluye la custodia del agua. Nosotros tenemos contaminado todo el río Negro, todo el río Santa Lucía, y no sabemos si los demás no están contaminados porque nadie se preocupó de controlar la calidad del agua. Las FFAA pueden patrullar los ríos, las lagunas, las zonas limítrofes. A mí me lo han dicho los propios militares: “Nosotros dejamos de controlar la frontera terrestre en la época de la dictadura porque el enemigo estaba en Montevideo y Brasil era aliado”. Durante añares se dejó de patrullar. Con el comandante [Pedro] Aguerre [ex jefe del Ejército] empezamos a patrullar: compramos vehículos, compramos radares para ver de día, de noche y lejísimos. Pusimos la Fuerza Aérea a colaborar con el Ejército, a hacer una cosa conjunta. Ahora estamos tratando de que la Armada meta barcos adecuados en la laguna Merín, que estaba abandonada por completo. Ahora estoy por hacer un convenio con la Facultad de Ciencias para hacer lo mismo que hacen los de la Antártida: las FFAA dan la logística, llevan a los estudiantes y los científicos allá, y los científicos les tienen que avisar a los milicos: “Hay que cuidar estas cosas”. Nosotros no sabemos ni qué bienes hay para defender en la frontera, ni qué contaminación hay.

-¿Conversó el MDN con las FFAA sobre la posibilidad de plantar marihuana en predios militares?

-Sí. La Junta Nacional de Drogas, que el MDN integra, está buscando en Uruguay predios militares adecuados para ese cultivo, porque se va a trabajar con invernáculos. Se piensa en terrenos militares porque es muy sencillo: si nosotros hacemos la guardia perimetral, ésa es zona militar, quiere decir que el milico ahí puede tirar; si tira afuera, va preso. Si se agarra un campo militar y en el medio del campo se utilizan unas pocas hectáreas para producir marihuana -que no la van a producir los militares-, todo eso es zona militar. Y entonces facilita la vigilancia perimetral. Uruguay tiene que cuidar que desde las fábricas de marihuana no vaya nada para los países hermanos, que no la han legalizado.

-¿La producción se haría solamente en campos militares?

-No. Se está buscando campos adecuados, y si no los hay, se recurrirá a otros campos del Estado. Aunque también ahí capaz que se le encarga la guardia perimetral a las FFAA. Pero en esos casos, cuando se ponga el alambrado, habría que delimitar la zona militar, porque, si no, el militar no está habilitado a disparar contra civiles.

-¿Cómo ve la candidatura de Lucía Topolansky a la vicepresidencia?

-Es prematuro seguir tirando nombres, conviene dejar esto para después del 1º de junio.

-En octubre se plebiscita la baja de la edad de imputabilidad. Según las encuestas, una amplia mayoría de la población manifiesta estar de acuerdo. ¿El Frente Amplio (FA) está perdiendo la batalla cultural respecto de las políticas de seguridad?

-Puede ser, pero la campaña de los medios de prensa de la derecha ha sido feroz a lo largo de años. Eso termina generando un clima. La seguridad, de acuerdo a los documentos militares de cualquier país del mundo, siempre es una sensación. Esto está demostrado. No hay nada que te garantice tu seguridad, si te ponés exquisito. Pero la sensación se debe a cosas concretas. Ahora, si la prensa de derecha machaca y machaca con ese tema, con una intención política... Pero existen problemas, porque hay novedades, como la pérdida de códigos elementales.

La hermosa y los burócratas

Fernández Huidobro se refirió al malestar que existe en un sector de la izquierda floridense por el regreso de Jacqueline Dárdano (CAP-L) al FA, luego de haber sido directora de Desarrollo Social de la actual Intendencia de Florida, encabezada por el nacionalista Carlos Enciso. “A Jacqueline yo la recluté hace tiempazo. Unos burócratas de izquierda la echaron para poder ocupar ellos el lugar que ella debía ocupar, y le hicieron perder la Intendencia de Florida al FA. Hasta hoy tendrían que estar pidiendo perdón arrodillados frente al local del FA, pegándose con un látigo”, consideró el ministro. Sostuvo que los responsables del alejamiento de Dárdano son “tres o cuatro” ediles, “que hicieron eso porque ella les estaba amenazando su silloncito”. “Si se quiere discutir esto vamos a discutirlo bien a fondo, no por arribita del pantalón. Encima era mujer, y hermosa, y usaba minifalda, lo cual era el colmo. Una cosa insoportable, incluso para otras mujeres del FA. Y hablaba lenguaje plebeyo. Qué hipocresía hay acá”, criticó.

-El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, habla a menudo de la pérdida de códigos. Se pasó de una imagen idealizada, al estilo Chueco Maciel, a la imagen actual del delincuente encarnizado y sin valores. ¿Cambió tanto la sociedad, o cambió la izquierda?

-No, porque yo conviví con delincuentes que envejecieron como envejecí yo, y me los encuentro por ahí todavía. Algunos están en Europa, emigraron porque acá no se podía ni robar; han robado en Europa lo habido y por haber. Vienen acá y dicen que es espantoso esto, y que estos bandidos no tienen códigos. Te lo dicen los delincuentes. Es la sociedad sin valores. Es el “hacé la tuya”, “tratá de ser un winner”, tener buenas pilchas, buenos autos.

-En los 60 había mucha producción intelectual en la izquierda. ¿Cuál es la situación hoy?

-Hay poca y nada. Pero no le voy a reprochar nada a una izquierda que pasó por la dictadura, que salió lamiéndose las heridas y estuvo dando una batalla tras otra, sin descanso. Ganando las intendencias, después los gobiernos. No hubo un minuto para decir: “Bueno, pará, vamos a sentarnos a hablar de ideología, de elaboraciones teóricas”. Todo el mundo se transformó en un militante de la batalla para junio, para octubre, para noviembre, y dale que va, y no parás nunca. Eso para los que militamos. Y los panza, los que no militan con varias excusas teóricas para no militar, no elaboran nada. No se les cae una idea, lo cual hace que uno se pregunte a qué se dedican. Y es a lo que ya te dije: a pasarla bomba.

-Hay un sector de la izquierda que lo critica a usted por estar demasiado cerca de los militares.

-Y yo los veo medio racistas. Han quedado petrificados en la historia. A mí me gusta que haya gente que no esté de acuerdo conmigo, toda mi vida fue así. No soy demagogo, no busco aplausos fáciles. No soy garronero. Hago lo que me parece correcto. Yo no estigmatizo a ningún sector social de mi país. Hay compañeros de izquierda que han incurrido directamente en el racismo, en algo fascista: si es militar es mierda, a priori. No importa ni qué edad tiene, ni si estuvo, si no estuvo, o qué está haciendo ahora, qué piensa. Eso yo no lo comparto para con nadie, y no lo compartí nunca. Estoy contento de que muchos estén enojados, porque no comparto el fondo de su ideología, que es profundamente dogmática e irracional. El FA tiene que crecer. Apenas hemos llegado a ser la mitad en votos. Hay una mitad de la población que no es del FA, y en cualquier momento vuelven a gobernarnos blancos y colorados. No sé de dónde pensarán crecer esos compañeros.

-El comandante en jefe del Ejército dijo que no había más información sobre los desaparecidos.

-Nosotros no tenemos más información por el momento. Toda la que vamos recibiendo la enviamos a donde corresponde asiduamente, eso está establecido como una norma. Pero no se lo comunicamos a la prensa. Todos los desaparecidos encontrados fueron por datos militares. Ahora, nadie me va a decir públicamente un dato si sabe que los organismos de Derechos Humanos le van a hacer un juicio penal. Quién va a venir, es una estupidez total. Los tengo que recibir en un boliche, garantizarles que no le voy a decir a nadie ni aunque me maten. Es muy difícil. Tienen miedo. Hay gente que debe tener cantidad de información, pero no la quiere dar. Y a lo mejor se muere y no la da.
Natalia Uval




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domingo, 13 de abril de 2014

Entrevista de Resumen Latinoamericano



Jorge Zabalza, dirigente histórico Tupamaro, analiza la situación de Uruguay y propone no votar por Tabaré.
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UN NUEVO LIBRO: ¿POR QUÉ EL CHE SE FUE A BOLIVIA?

 Presentación en Buenos Aires del libro: ¿Por qué el Che se fue a Bolivia, de Daniel de Santis.

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jueves, 10 de abril de 2014

¿Porqué el Che fue a Bolivia?



(intervención de Jorge Zabalza en la presentación del libro de Daniel De Santis)


Estamos presentando un trabajo muy serio, de la misma índole y calidad al “Vencer o morir”, la historia del PRT-ERP que años atrás nos regaló Daniel De Santis. “¿Por qué el Ché se fue a Bolivia?” es un compendio de la cadena de revoluciones obreras cuyo primer eslabón fue la Comuna de Paris (1871); en ese contexto histórico, analiza  la Revolución Cubana, primera experiencia revolucionaria en América Latina. Daniel expone  los antecedentes históricos  y las estrategias revolucionarias que obraron en el Ché, como fundamento teórico y motivación concreta para tomar la decisión de irse a Bolivia con el proyecto de extender la insurrección armada a todo el continente, una forma práctica de apoyar la guerra de liberación del pueblo vietnamita.


El ensayo de Daniel está escrito con una perspectiva histórica revolucionaria, se rescata y reivindica la epopeya de Ernesto Ché Guevara y se deja un texto de referencia, que consultarán obligadamente esos locos (entre comillas) que surgen en cada generación y elijen  gastar su tiempo en los asuntos del quehacer revolucionario. Esos militantes tendrán en su mesa de luz el didáctico “¿Por qué el Ché fue a Bolivia?”, que les será tan útil como fueron los materiales de la guerra civil española en los años ’50.  


Apuntando al mismo objetivo que Daniel y para no robar demasiado tiempo, me limitaré a comentar sólo uno de los aspectos que toca el ensayo. Ni siquiera creo que sea el más importante, pero es el que inspira esta intervención. El autor describe al detalle el resquebrajamiento paulatino del poder de la dictadura de Batista a medida que surge y se desarrolla su contracara, el poder armado y organizado por el pueblo cubano. De un lado el  ejército batistiano, una tropa numerosa y disciplinada, dotada de armamento poderoso, apoyado por el cercanísimo imperio, que se desgranó en un período muy corto de tiempo. Del otro lado, el movimiento guerrillero, apenas ochenta hombres que desembarcan del Granma con escaso y precario armamento, pero que supieron convocar  el  movimiento popular clandestino que en pocos meses extendió su red a todo el pueblo de Cuba. El ejército de Batista sin saber porqué iba al combate, a quién defendía y contra quién, se fue desmoralizando a medida que en el pueblo cubano crecía el sentimiento de que la  lucha contra la dictadura era muy justa, de que valía la pena arriesgar la vida en la calle con decisión y coraje apoyando a los “barbudos” de Sierra Maestra. A medida que la rebelión popular fue creciendo, retroalimentaba la voluntad política de los guerrilleros, fortaleciendo su capacidad de combate y acelerando el fin de la guerra. La dictadura fue impotente para hacer frente a tamaña combinación de elementos, las balas de la guerrilla y el bombardeo ideológico y político de la movilización de masas, la moral de los soldados se hacía pedazos en las batallas pero también en los barrios donde vivían y hasta en sus propios hogares. La tropa llegó a un punto en que no querían combatir contra los guerrilleros ni reprimir las movilizaciones populares, no obedecían la cadena de mandos. En esas circunstancias anímicas, la Huelga General de los primeros días de enero de 1959 y la entrada de los revolucionarios a La Habana fueron los golpes finales que desarmaron completamente la voluntad de lucha de la dictadura: “El 2 de enero Camilo Cienfuegos Gorriarán tomaba sin resistencias el regimiento de Columbia, la principal base militar y el Ché entraba a La Cabaña, la otra base militar importante que tenía la dictadura en La Habana”, relata Daniel en la página 145. La batalla final no fue batalla sino el paseo triunfal de multitudes y guerrilleros.



Algo semejante ocurrió en la Comuna de París, con su tentativa de romper para siempre la maquinaria del estado burgués, como condición previa y necesaria para hacer la revolución de carácter socialista. La primera medida de los comuneros apuntaba a quebrar el monopolio del uso de las armas: suprimió definitivamente del ejército y lo sustituyó con pueblo armado. La democracia de las armas debe preceder y determinar la democracia proletaria. Colocado frente al pueblo armado, los soldados franceses se negaron a tomar por asalto el territorio dominado por la Comuna y el gobierno burgués debió recurrir al ejército prusiano para llevar a cabo la masacre. No fueron solamente barricadas y piedras las que lograron paralizar a los soldados formados en la escuela napoleónica, sino que sus consciencias registraron el hecho de que los enfrentaba un pueblo en armas. La revolución que se produjo en la subjetividad del pueblo trabajador de alguna manera penetró la piel de los soldados y los conminó a bajar sus armas. Tal vez, de haber tenido otro ejército enfrente habrían combatido con fiereza, pero la abigarrada multitud que los apedreaba era demasiado parecida a ellos mismos y muy diferente a los oficiales que los mandaban.


Sin embargo, mucho me temo que, por lo menos en Uruguay,  hicimos una lectura parcial y sesgada  de esa historia revolucionaria. Percibimos con más nitidez el “meta bala, meta bala” que el proceso de transformación del pueblo no organizado en pueblo armado y organizado. Pensamos la insurrección como una operación militar del aparato guerrillero en lugar de pensarla como el levantamiento en armas de los trabajadores, los estudiantes y los vecinos organizados en un movimiento  armado. En última instancia el objetivo de la guerra revolucionaria es quebrar la voluntad de combate del ejército de la clase dominante y está históricamente comprobado que esa tarea la cumple con mayor efectividad el pueblo armado y organizado. Uno tiene la íntima convicción de que son insuficientes las acciones militares dirigidas a la destrucción material de las fuerzas enemigas (hostigamiento permanente, emboscada, el asalto a sus unidades) y que, en cambio, el soldado es muy sensible al mensaje que surge de la lucha de masas (manifestaciones, ocupaciones, barricadas, grampas, molotovs). Es que la lucha popular en todas sus formas, armadas y desarmadas, legales e ilegales, tiene la virtud de colocar al soldado frente al espejo, crea dudas su consciencia y hace titubear su voluntad de combate.

La acción guerrillera sin su complemento de lucha popular puede ser contraproducente al crear condiciones que favorecen la propaganda contra el comunismo internacional y la subversión a la que están sometidos los soldados. En Uruguay algunas acciones de la guerrilla tuvieron el efecto de fortalecer el espíritu de cuerpo de las fuerzas armadas en lugar de debilitarlo. El protagonismo de las masas en las insurrecciones populares es la fuerza ideológica fundamental, tanto en el desarrollo de la revolución como en el proceso de disuadir al enemigo.

  

Uno corre el riesgo de que lo miren como a un marciano  al reflexionar  públicamente sobre los aspectos militares de una insurrección popular. Sin embargo, estos son los problemas que deben resolver los revolucionarios, pues seguirá siendo  imposible la liberación social mientras la clase opresora mantenga intacto su aparato policíaco-militar. Parece irrelevante e ingenuo hablar de construir poder popular y de hacer la revolución, dejando de lado la cuestión de destruir el monopolio armado de la burguesía. Este problema político básico de los revolucionarios se puede resolver entendiendo que el destacamento de vanguardia no es el protagonista esencial, que el rol fundamental en la creación de la subjetividad revolucionaria le corresponde a la retaguardia de masas insurrectas. Estas reflexiones apuntan a pensar que las revoluciones son fenómenos de consciencia por sobre todas las cosas.


La historia parece enseñarnos que las emboscadas y el hostigamiento son tácticas insuficientes para quebrar el espíritu combativo de los ejércitos, no son nada sin la masiva rebelión popular que descorazona al enemigo y desintegra su capacidad de combate. Por supuesto, estamos hablando de concepción y estrategia y no de dejarse comer por los leones como los primeros cristianos. Hablamos de las relaciones que contraen el movimiento de masas con su destacamento de vanguardia, meollo del fracaso de cien experimentos revolucionarios. Hablamos de aniquilar ejércitos y policías, de hacerles perder su capacidad de reacción, que no quieran combatir más y muchos de ellos pasen a las filas del pueblo. Es tiempo de saber que el poder de aniquilar al aparato policíaco militar surge del pueblo armado y organizado y no del imprescindible destacamento de vanguardia y que ésta es una definición ideológica básica, producto de la experiencia histórica del siglo XX y previa  a la elaboración de todos los proyectos insurreccionales del siglo XXI. La iniciación de acciones guerrilleras tiene sentido si existe la atmósfera subjetiva que hace posible la masividad de la respuesta a la convocatoria o, dicho de otra manera, instalar un destacamento de vanguardia es una necesidad histórica cuando la formación de la retaguardia popular está a punto de cristalizar. En otras condiciones, cuando no hay posibilidades de convocar la formación de la retaguardia, es un contrasentido instalar un foco guerrillero. No habría de quién ser destacamento de vanguardia … por esa realidad, cruda y contundente, estamos jubilados de guerrilleros, no de revolucionarios, los sobrevivientes de la generación del Ché.